Cómo algo tan sencillo puede gustar tanto. Nuestra pequeña disfruta chupándose los dedos con las alitas de pollo.
Las solemos preparar tal como apunto hoy, con aceite, limón, perejil y ajo ya que son las que más le gustan, aunque si tenemos tiempo las dejamos marinar con miel y salsa de soja.
He anotado varias recetas para conseguir que queden al estilo Kentucky, pero hoy como vamos con prisas para cenar, las hemos hecho sencillitas tal como comentamos.
En lugar de freírlas las preparamos al horno, consiguiendo que queden menos grasientas y así nos da menos remordimiento y de paso no manchamos prácticamente nada.
Alitas de pollo crujientes
- 1 kg de alitas de pollo
- Aceite
- Perejil
- Ajo muy picado
- Sal
- Pimienta
- Lavamos muy bien las alitas y limpiamos concienzudamente.
- Cortamos la punta de la alita, podemos reservarlas para un caldo por ejemplo. Las alitas las podemos cortar en dos piezas.
- En un bol, mezclamos el aceite, pimienta, perejil y ajo y removemos muy bien para que se mezcle.
- Colocamos las alitas extendidas en una bandeja de horno, sobre un papel de hornear o silpad.
- Calentamos el horno a 180º
- Mientras que el horno se calienta, pincelamos las alitas con el aliño que hemos preparado y cuando el horno alcance la temperatura las introducimos durante media hora.
- Giramos las alitas y pincelamos de nuevo por la otra cara y tenemos en el horno otra media hora. Al sacarlas añadimos la sal.
- En función del horno, el resultado puede variar o pueden necesitar más tiempo, sabremos que están listas si las pinchamos y no sale nada de sangre. En casa quedaron tan tostaditas y crujientes como veis en la foto.
Con algo de imaginación y paciencia se nos pueden ocurrir muchas formas de marinar la carne, incluso adobar, naranja, salsa barbacoa, miel y limón, con tequila y cítricos, pimentón, poco a poco iremos cocinándolas y compartiendo los experimentos