Otra etapa y esta la última entrada del viaje a Bruselas, hoy vamos a contar qué restaurantes en Gante están bien y donde comer. Aunque como en Brujas, sólo estuvimos alojados una noche y la cosa no dió para mucho, sí comimos en uno de los restaurantes que teníamos en nuestra lista.
Si no habéis visitado las anteriores partes, aquí podéis encontrar la visita a Bruselas y la visita a Brujas.
Como llegar a Gante
Para llegar a Gante cogimos un tren en la estación de Brujas. Con un tren IC desde esta ciudad llegamos a Gante en media hora escasa. Como ya contamos en el post de los restaurantes en Bruselas, hemos dormido cada noche en una ciudad. En caso de alojarnos en Bruselas, el tren para llegar a Gante es el mismo IC que va a Brujas, podemos consultar los horarios de los trenes de Bruselas para confirmar trayectos y precios e incluso comprar algún billete online.
Una vez que llegamos a Gante, lo más recomendable es coger el tranvia para llegar al centro, ya que la ciudad es más grande que Brujas. En tranvia, el billete nos costará 1,8 euros si lo compramos en una de las máquinas expendedoras y algo más caro si lo compramos una vez montados en el propio tranvia.
Restaurantes en Gante
Al igual que en Brujas, salimos de casa con varios restaurantes donde comer en nuestra lista. El hotel en Gante que reservamos a nuestra salida estaba en una ubicación inmejorable, en pleno centro de Gante. Se trata del hotel Novotel Gante, un edificio algo antiguo pero bien conservado por dentro, nos dieron un estudio con dos habitaciones donde estuvimos genial.
Pues justo al lado del hotel, nos encontramos con uno de los restaurantes donde comer que llevábamos en nuestra lista, un restaurante para comer costillas tipo buffet muy conocido en la zona. Se trata del restaurante Amadeus, donde podemos comer costillas a volenté‘, todas las que queramos, hasta que explotemos, acompañadas por una patata asada con una salsa explosiva que debe ser una bomba pero deliciosa.
El restaurante es bastante agradable, el local es peculiar y la atención de los camareros es buena. Tenemos que tener en cuenta como en el resto de restaurantes el horario de las comidas y si estamos muy interesados en este sitio, reservar con antelación ya que se suele llenar. Nosotros no llevábamos reserva y tuvimos suerte. El precio de las costillas es de 15,9 euros, bebidas a parte y para los niños ya lo tienen todo estudiado y tienen un menú con medio costillar y patatas por 8 euros.
Aparte tienen otros platos, aunque creemos que la mayoría de la gente va a por las costillas asadas. Nos comimos un par de costillares con sus correspondientes patatas y terminamos bastante bien. Tienen unos botes de chapa donde podemos ir dejando los huesos de las costillas, los van limpiando porque se llenan con facilidad.
Además de este restaurante, llevábamos en la lista varios que se encuentran en el centro de Gante.
Por la tarde, pudimos comer el mejor gofre, waffle o como lo queramos llamar que hemos tomado en todo el viaje. En un pequeño local llamado 3.14, verde, que veréis casi siempre con gente.
Preparan los gofres en el instante, delante tuya, tanto para vender como para tomar en el local y se acompañan con lo que queramos, aunque a nosotros nos gustan sólo con azucar.
En la puerta de este local también encontramos varios puestos de narices de gante, un dulce típico de Gante que es dificil encontrar fuera de allí ya que es dificil de conservar.
Qué ver en Gante.
Al igual que en Brujas, habitualmente un día es suficiente para visitar esta ciudad. Evidentemente si queremos ver la ciudad en detalle, entrar en sus monumentos, podremos dedicar más tiempo.
Por nuestra parte en un día nos dió tiempo a ver toda la ciudad, pasear por sus calles, entrar en la Catedral pasear por la orilla del río o Grass, como llaman ellos, visitar el castillo…
Gante de noche
No podemos de dejar, al igual que en Brujas, de dar un paseo nocturno por Gante, aunque es una ciudad con más movimiento que Brujas, más estudiantes… es una ciudad preciosa de Noche. No tendremos la misma percepción que en Brujas, de quedarse todo muy tranquilo, pero no dejará de sorprendernos.
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