¿Que pasa cuando llega la hora de cenar, tienes hambre y no sabes que hacer? En mi caso… improvisar.
Paseo a la cocina… apertura de puerta de nevera, visual arriba abajo… cierre de puerta de nevera 🙂
Mismos pasos con el congelador, esta vez agachado que queda un poco más bajo, revisamos cajones…
Vuelta a la nevera, un poco de solomillo de cerdo por aquí, un tarro con cebolla caramelizada por acá… un poquito de queso manchego…. ¿Y si lo metemos entre pan? Un sandwich!!!
La semana pasado preparamos una receta de pan de molde sin corteza, con cinco ingredientes muy básicos, agua, harina, levadura y sal. Este pan de molde lo hemos utilizado para meriendas en forma de sandwich y desayunos en forma de tostada.
Ahora se acerca el fin de semana, y vamos a preparar otra masa similar a la anterior, sustituyendo el agua por leche semidesnatada y a darle un poco de vidilla y por ende calorías. El resultado final serán unos maravillosos panecillos de queso de cabra para picoteo, aperitivo o acompañar alguna comida durante el fin de semana.
Esta receta es de las que buscas en internet, y te aparecen mil, con variaciones, modificaciones, yo le pongo esto… yo lo otro.
Como no es algo que prepare todos los días, cuando lo quiero hacer siempre tengo el llamado síndrome de ”vuelta a empezar’, a mirar, recordar… sin mucho éxito.
Otra vez, y para que no me pase, dejo aquí anotado en una servilleta cual es la versión que más nos gusta cuando lo preparamos.
Además, hoy lo vamos a servir en la cena de Nochevieja y creo que nos vamos a reir un rato, ya que hemos ‘vendido’ que vamos a llevar paté de centollo, ¿lo descubrirán?
Como decía, por la red circulan varias versiones, en las que suele variar uno de los ingredientes, o palitos de cangrejo (surimi), o gamas o langostinos. Lo que hemos ido comprobando con el paso del tiempo, es que cuanto mejor sean los ingredientes, más sabor tendrá el paté. También está más rico preparado la víspera, pero como soy un desastre, lo estoy haciendo sobre la marcha.
Para servir, como más nos guste, en tostadas, tartaletas de hojaldre, volovanes, incluso podemos rellenar una manga y presentarlo más vistoso. De cualquier forma estará rico!
La cebolla caramelizada es uno de los complementos que suelo denominar de ‘fondo de nevera’ al igual que el ‘fondo de armario’ cuando hablamos de ropa, me refiero a algo que siempre viene bien tener preparado.
Es una preparación que aguanta bastante bien en la nevera, correctamente envasada, por lo que siempre que la preparo, hago un poquito de más para acompañar cualquier plato salado o preparar canapés.
Además, tenemos la suerte de que mi hermana nos suele abastecer de cebollas muy ricas de su huerto particular y una forma de aprovecharlas es prepararla de esta forma y envasarla.
Si queremos que la cebolla quede como la de la foto, cortamos a mano en juliana. Si no necesitamos este corte, podemos trocearla en la thermomix, introduciendo la cebolla en cuartos y programando 6 segundos, velocidad 4.
Una vez troceada a mano o con thermomix y con la cebolla en el vaso del robot de cocina, colocamos la mariposa en su posición y añadimos a la cebolla la mantequilla en cubitos y el aceite, cocinamos programando temperatura varoma, 25 minutos, velocidad 1.
Transcurrido el tiempo, añadimos la sal y pimienta y el caramelo líquido y programamos temperatura 100º, 3 minutos, velocidad 1.
3.2.2925
Si disponemos de thermomix, este plato se hace sólo, aunque a mí, a diferencia de la elaboración que indica el libro imprescindible de TM31, me gusta más cortar la cebolla en juliana en lugar de trocearla a velocidad 5. El resultado es el mismo de cara a sabor, pero de cara a la vista la cebolla caramelizada me gusta más en juliana (manías que tiene uno), sobre todo para preparar tostas y para las recetas de aperitivos. Esta puede ser una preparación comodín para la cena de Nochevieja.
El guacamole es un plato cuyo principal ingrediente es el aguacate. Este plato nos puede servir de aperitivo o para acompañar otros platos típicamente mexicanos.En España, esta receta la solemos preparar adaptada más a nuestros gustos que como un verdadero mexicano la prepararía, pero creo que de eso se trata, de comer con los sabores que nos gustan sin alejarnos demasiado de nuestro tipo de cocina, aunque por otra parte de vez en cuando no está de más conocer la verdadera preparación de determinados platos.
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