No sólo de pescaito se alimenta el hombre y en estos días por el sur, pegando casi a Portugal, de playa, sol y relax también podemos aprovechar para hacer excursiones y comer en el campo.
[wp_ad_camp_1]El viernes de la semana pasada nos levantamos con el cielo nublado y unos 18 grados, lo que nos hizo replanificar rápidamente el día para aprovecharlo por completo. No pasa nada por no ir un día a la playa y seguramente por la tarde el día cambiaría.
Estamos en una zona en la que la playa y los pinares conviven unos cerca de los otros, por lo que se planteaba el día perfecto para unas excursiones y comida en algún rincón en el que encontráramos algo de sombra.
Esta mezcla de campo y playa, gastronomía, naturaleza y cultura es la que nos ha hecho venir varias veces a veranear a la Costa de la Luz.
Aunque en estos días de vacaciones somos más de disfrutar de la cocina de otros, hicimos una compra rápida pero sana y a lo seguro, compramos algunos productos de Campofrio, un paquete de pechuga de pavo fiambre para preparar unas flautas de pimiento asado, queso, aceitunas y pavo y alguna salchicha para hacer unos perrukis, comida rápida pero sana y fresca para poder comer fuera de casa.
Ayamonte
Durante el día estuvimos visitando el zoo de Ayamonte, un pequeño zoo gratuito en el centro de la ciudad y junto, o dentro, del jardín botánico, en el que los peques se lo pueden pasar bien. Digamos que no es una visita imprescindible pero sí agradable para un día del estilo y si nos pilla cerca podemos dedicarle un ratito.
En el zoo tienen algunos animales que llaman la atención en una zona como esta, leones, un tigre, cebras, monos… además se pueden ver todos ellos desde bastante cerca.
Decidimos también acercarnos a la lonja de Ayamonte, para ver si veíamos la actividad típica de los pescadores y la venta de su captura diaria, pero en ese momento no había nada en la zona.
Tras disfrutar toda la mañana y agotar a los más peques, tocaba el momento de reponer fuerzas. Al ir hacia Ayamonte vimos una zona de pinos y eucaliptos entre Islantilla e Isla Cristina y nos pareció buena idea parar a la vuelta.
La zona en cuestión es la Playa de la Redondela, está bastante frecuentada por los habitantes del pueblo y un par de campings cercanos. Junto a la playa se encuentra el pinar, la ermita y una agradable zona de picnic con mucha sombra.
Este fue el sitio elegido para comer las flautas de pavo braseado y los perrukis. Y después de comer y al estar a escasos cinco minutos de casa, decidimos dormir la siesta en casita y reponer fuerzas para la playa ya que el sol empezaba a salir.
Tenemos previsto otro día de playa y Campofrío para visitar la playa de Cacela Velha.